Clara Campoamor Rodríguez, costurera, abogada, política y símbolo del feminismo español, nació en Madrid en 1888. Luchó por los derechos de la mujer y su libertad política.

En 1931 Clara formó parte del Partido Radical y de la Comisión Institucional, donde se posicionó en contra de la diferenciación de sexos y la discriminación de la mujer; se ocupó también de los asuntos jurídicos en el tema de matrimonio. Sobre todo defendía la igualdad de derechos de los hijos nacidos en el matrimonio y fuera de él.

En este tiempo fue cuando empezó a luchar activamente por el derecho de voto femenino (el sufragio fue todavía solo pasivo).

Sus ideas feministas y la posición de la mujer en la política quedaron expuestas en su libro El voto femenino y yo, una obra autobiográfica que cuenta la historia de la lucha de la autora. Escribe: “Resolved lo que queráis, pero afrontando la responsabilidad de dar entrada a esa mitad de género humano en política para que la política sea cosa de dos, porque solo hay una cosa que hace un sexo solo: alumbrar; las demás las hacemos todos en común, y no podéis venir aquí vosotros a legislar, a votar impuestos, a dictar deberes, a legislar sobre la raza humana, sobre la mujer y sobre el hijo, aislados, fuera de nosotras”.

Clara Campoamor defendía el feminismo como la libertad personal, como protesta contra la discreminación del “sexo débil”, contra la imagen de la mujer que depende de su marido alimentista y legislador. Sus logros fueron cruciales: permitieron la declaración del sufragio universal en 1931 y cambiaron de manera radical la posición de la mujer en la sociedad española.

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